lunes, 18 de junio de 2012

MY OWN MUSEUM

Permitidme hoy la licencia de compartir el feliz descubrimiento de este fin de semana. Buscando una talla del siglo XVI, me equivoqué de museo, y terminé en el del antiguo Ayuntamiento.  Mis dos hombres echaron un vistazo y se fueron finalmente a rebozarse cual croquetas al parque. Y así yo me quedé completamente sola  dentro de un Museo Municipal absolutamente vacio:
 Vamos, que no me lo podía creer: yo, con una cámara en ristre, tres plantas de museo para mí sola, ni una sola alma (ni siquiera un guardia) y tiempo para gastar...
A pesar del calor agobiante (cualquiera iba a pedir que encendiesen el aire con la que está cayendo), durante más de una hora y hasta que el móvil agotó irremisiblemente la batería, anduve de acá para allá leyendo, mirando, aprendiendo, fotografiando incluso sentada en el suelo o de rodillas, absorbiendo todo lo que las salas ofrecían sobre ritos, costumbres, creencias del ser humano a través del tiempo y a lo largo y ancho del planeta.


 
Ha sido curioso comprobar cada interpretación del nacimiento y de la muerte, y de lo que sucede entre ambos.  
Composiciones a base de recortes  de papel (kodry) hechas por campesinas polacas para su boda, marionetas de Indonesia, muñecas kokeshi japonesas como ofrenda por nacimentos venturosos, soberbios árboles de la vida, máscaras funerarias, relicarios, fetiches... 



Ein???? Gente en el museo y yo con estos pelos???

...amuletos de la buena suerte y contra el mal de ojo, tapices funerarios de mil colores, cestas para bebés bordadas con cuentas, ejércitos infantiles de soldaditos de hojalata, tallas esquimales de la maternidad, máscaras venecianas, pebeteros, frasquitos de khol...





 


...danzarinas tailandesas, dinero falso chino para quemar como ofrenda (siempre han sido listos los tíos), y aquí mi pieza favorita: una figura oferente tallada en madera por los indios navajo, en gratitud a los dioses por la cosecha recibida. 

Sencilla y magnífica.

Puede parecer una tontería, pero hubiese ido adrede al museo sólo por ella, si lo hubiese sabido.




Lo de las uñas ha sido pura casualidad,  pero a que mola?











Y ya en casa...coser, tejer, batallar...lo de todos los días, pero con cierta dosis extra de serenidad. Será por el rato de asueto. En el próximo post os enseñaré más cosillas de las que voy haciendo. 


Para información a los knitter, he comenzado el Aeolian en su versión corta, o sea, shawlette (toquilla en manchego). La lana no me mata,  pero está disponible y es lo suficientemente anodina para una primera intentona, por si sale mal (que no lo creo...;)
En mi defensa, y previendo ataques furibundos por parte de mi señora madre, que me ha encargado el enésimo chal, diré que antes de utilizar su (a todas luces insuficiente) lana tengo que hacer pruebas, sobre todo en relación a los metros que se gastarán.
No hay nada que me fastidie más que comenzar un proyecto sin saber si el hilo será suficiente, y eso pasa con la lana que quiere mi mamá.  Pues a esperar, que hay tiempo, y un beso, mami. 

Y por último, mil gracias a Amparo y a María por traernos media huerta a casa. Tendremos lechugas, albaricoques, cebollas y ajos tiernos para una buena temporada!

 
Buen lunes y ánimo para afrontarlo para tod@s.

3 comentarios:

  1. ¡Menudo descubrimiento! Yo también me habría quedado un buen rato en la exposición.
    La lana no está mal, pero si repites con una más fina quedará más espectacular.
    Un saludo.

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  2. Pues sí, creo que tienes razón...habrá que comprar lana...jejejeje
    Si es que me obligáis...

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  3. Oooh! Al menos a mí me ocurre = lo inesperado se disfruta más! Besos y Buen Martes.

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