No es el caso de llegar a los extremos del amigo Miguel, al cual idolatro, y arrancarse de cuajo el corazón y ponerlo debajo de un zapato, pero sí es cierto que a veces se hace difícil mantener la compostura.
El calor sofocante no ayuda. Tampoco ayuda el hecho (detonante) de cumplir 6 meses en la cola del Inem sin un "por ahí te pudras". Pero me debo a la promesa que me hice y mi deber es remontar cuanto antes.
Siempre tengo presente un artículo que guardo desde hace unos meses.
Mi padre suele comprar un periódico los domingos, y ese periódico viene invariablemente acompañado por una revista digamos "de chicas" (de chicas muy superficiales y muy adineradas). Solemos reirnos e indignarnos a partes iguales con las tonterías que publican y con los precios que pueden llegar a alcanzar determinados productos (no es de recibo que te vendan como imprescindible un bolso de 7.000 euros o unos zapatos de 9.000).
El caso es que un día en el que no había mucho que hacer, le dediqué unos minutos a una columnista que, con todos mis respetos, me suele parecer un poco cabeza hueca, al estilo de Bridget Jones pero tomándose más en serio. No obstante, tuve que quitarme el sombrero ante su artículo (al menos ante la mitad final, el principio seguía siendo una futilidad absoluta) llamado "Arañazos".
Venía a recordar una escena de esta fantástica película de Monty Python, en la que, mientras encabeza una expedición en busca de los hombres más valientes de su reino, un sinvergüenza Rey Arturo reta a un caballero. Al primer mandoble le corta un brazo y, ante su sorpresa, el caballero sigue luchando con británica pachorra. "Es sólo un arañazo", dice.
El rey persiste y le corta el otro brazo y da por hecho que ha obtenido la victoria, pero el caballero continúa peleando a patadas sin inmutarse: "Bah, es una herida superficial".
La chica termina su artículo con un deseo: "Habrá temporadas en las que nuestros cimientos se derrumben y los escombros nos caerán sobre la cabeza, temporadas en las que creeremos no tener más fuerzas y en las que nos sentiremos solos e indefensos. Y ójala nos visite entonces una ráfaga de lucidez para recordarnos que por muy grave que todo se presente, probablemente sea sólo un arañazo".
Nada más que por estas palabras, y deseándote que sigas por ese camino, te presento mis respetos, Bárbara Alpuente.
Alucinante. Te superas día a día. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias preciosa!
ResponderEliminarBesos.
Y no te preocupes por estar 180 días en la mayor oficina de España, que hay gente que lleva mucho más tiempo que tú, entre ellas yo, y mírame aquí estoy, jajajaja
ResponderEliminara ver, a ver...
ResponderEliminarviva el eclecticismo y las fuentes de inspiración dispares: Miguel Hernández y el Yo Donna en el mismo párrafo??? Im-presionante!
en otro orden de cosas, suscribo tu afición por los monty python y por esa peli en particular; pocas veces me he descojonado tanto en el cine; no puedo evitar reirme cuando me acuerdo de la bestia decapitadora de caballeros que sale hacia el final, por ejemplo...
a ver si esta tarde-noche me pongo y actualizo blog y feisbu, que verás la de cosas que he hecho el finde y lo integrado que estuve en el orgullo...
bsos, hermosa!!!!