Resulta complicado escribir una entrada en un blog sobre crafts (en manchego, manualidades) si te has pasado los últimos 4 días tocándote las narices.
Bueno, no exactamente, de hecho, hoy tenemos el día floral (abajo os dejo imágenes de mis nuevas maceticas), y eso también supone dedicación y trabajo...
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Compuesta y sin novio |
Pero antes, permitidme que os muestre lo que encontré ayer escondido en un armario: mi último lienzo "en preparación", abandonado hace la friolera de unos 5 años.
Esto, y lo saben quienes me conocen bien, es un crimen.
Señores, para esto es para lo que valgo, y lo dejé aparcado por pura cobardía y no volví a pensar en pinturas, ni pasteles, ni pinceles. Me equivoqué y me perdí buscando estabilidades que resultaron no serlo en absoluto cuando lo que realmente me tocaba el corazón, lo que verdaderamente era mi pasión era esto.
Ahora lo único que puedo hacer es retomarlo para mi propio solaz, sin pretensiones ni cuentos de lecheras.
Porque
el talento de pintar exige trabajo, dedicación y exclusividad (eso
pienso yo al menos), así que, de momento, iremos poco a poco
reconociendo el tacto de carboncillos y óleos.
Normalmente prefiero no pensar en ello, pero es evidente que en los últimos tiempos hay temas que resurgen y vuelven a ver la luz, desde amistades perdidas por criterios erróneos, hasta talentos injustísimamente relegados a un tercer, cuarto o quinto lugar en tus prioridades.
Estoy empezando a cansarme de crisis, de analizar, contabilizar, prever, sopesar, administrar...Estoy harta de tener miedo, de la jerga empresarial y de sus títeres ridículos, de los cursos de conciliación de la vida familiar y laboral para desempleados (ganas dan de insultarlos cuando te los proponen y se quedan tan anchos), harta de contar el céntimo, de buscar ofertas de trabajo abusivas, pero sobre todo, estoy harta de arrepentirme por no haber seguido mi impulso inicial de estudiar Bellas Artes. Creo que fue el mayor error de mi vida, sin discusión.
Y todo, por mi culpa, por mis miedos, por no reconocer mis valías, Cierto que era muy joven y que me dejé influir por educadores de carrera, tutores y profesores varios que no tenían ni idea, pero sería injusto echar las culpas a quienes no actuaron sino con la mejor intención. La culpa fue mía, me equivoqué: esto era lo mío, la pintura, las artes, no el nido de avispas de la vida empresarial y menos la jurídica.
Disculpad las confesiones sin venir a cuento. Es lo que siento y no tengo un diario, pero sí un blog, y muy poco sentido del ridículo.
Es sano, sienta bien quitarse pesos de encima.
Cuando mi hijo sea mayor y se vea obligado a elegir camino, espero que elija ya no con el corazón: que lo haga con las tripas, con lo que le llame de verdad, que no se deje llevar por modas, ni conveniencias, ni mucho menos por miedos. Que no cometa mis errores.
Al fin y al cabo, la mayoría de las veces no escribo ciertas cosas pensando en vosotros, que lo estáis leyendo aquí y ahora y que me hacéis compañía y me dais aliento, sino en la posibilidad de que un Germán con uso de razón empiece a grabarse a fuego ciertas ideas que honestamente considero importantes y básicas.
Mientras tanto, agradezco en el alma vuestros ánimos, comentarios, sugerencias...ya lo sabéis.
Os dejo estas fotos del día: sobre mi querencia por las flores azules quizás hable algún día, probablemente el próximo 28 de diciembre.
Gracias por soportar mis palizas...
Feliz martes para tod@s.