miércoles, 18 de abril de 2012

THE LUCKY ONE

Ayer, sin aviso previo, recibí una alegría. Como cada día daba un repaso a los blogs que sigo y,  al llegar al de Rodrigo...¡SORPRESA!:

Pedazo de regalos!
Un llavero adorable hecho a mano por Rodrigo y no uno ni dos, sino 4 ovillos de esta lana maravillosa...Incluso envía carta de colores para elegir...sin palabras.


Este chico es un encanto. Teje maravillosamente y además es dulce y generoso. Una lástima que ande tan lejos, sería un excelente compañero de knitting en cualquier quedada. Cualquier día nos plantamos en Islandia a comprar lana y a conocerlo en persona. Mil gracias Rod!

Mientras espero el paquetillo con gran ilusión, voy trabajando en mis cosas. Como siempre, llevo varias entre manos.  


No es una pasada esta tela? Creo que voy a empapelar la casa con ella...
En breve colgaré el resultado final.  
Más pequeñas cosas, la cuestión es no parar de trabajar. A veces creo que 24 horas no son suficientes:


Y cada noche, poquito a poquito vamos tejiendo el citron. De momento parece una col morada...y me encanta!




 Ahora tengo que buscar un proyecto en Ravelry para utilizar los 4 ovillos de Rodrigo. Creo que algo así quedaría perfecto.


Bien, es hora de ponerse a trabajar. Gracias por prestarme vuestro tiempo. Os dejo la foto del día.

Abrazos para tod@s.

4 comentarios:

  1. Vaya sorpresa lo de Rodrigo. Y tú suertuda. Dale las gracias y dile que el día menos pensado nos plantamos en Islandia, tú para tejerme jerseyes y yo para pescar tiburones, lucios y calamardos cual aguerrido Barbarroja.

    Déjate de empapelar la casa o "entelar" en este caso, que por pequeña que sea si lo quieres hacer con tela de pachguol dese, sale a cuanta cambiar de vivienda...

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  2. Mira que me gustaría poder entrar en ese duelo gastronómico del que sólo pueden salir buenas recetas y banquetes. Desgraciadamente me temo que el día a día me come y mis desafíos culinarios de entre semana no van casi más allá del filete a la plancha.

    Ello naturalmente no es óbice para que en días tales como hoy, con invitados en casa, uno trate de hacer de buen anfitrión e intente dar lo mejor de si mismo. En este caso en forma de una lubina salvaje cocinada al horno con patatitas, cebolla y tomatito.

    Tan duro ha resultado el trance, que para superar el trago ha sido menester abrirnos un par de botellas de un Ribeiro que guardaba por ahí y que suponen casi mi consumo etílico de la semana, (porque entiendo que la media botella de Chablis que me he calzado en la cocina mientras preparaba la lubina no cuenta).

    No adjunto fotos del platillo porque el bicho tenía las dimensiones de mi antebrazo y mi mano alargada juntos, y hubiera hecho falta un gran angular. Otra vez será.

    Muy bonica la tela selvática. ¿Alguna alusión velada a las aficiones cinegéticas de la Casa Real, quizá?

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  3. Es una chulada ese llavero! Me encanta el Cladonia; creo que te quedará genial. Besos.

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